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play_arrow PROTOCOLO Y MODA: El nuevo networking: cómo conectar en un mundo que ya no se detiene.
Vivimos en una era donde las relaciones profesionales son tan valiosas como el conocimiento técnico. El networking, o el arte de crear y mantener contactos útiles en el ámbito profesional, ha dejado de ser una práctica reservada a grandes empresarios para convertirse en una herramienta imprescindible para cualquier persona que desee avanzar en su carrera o en su negocio.
Pero el networking actual poco tiene que ver con las viejas reuniones formales, los cafés de trabajo o las tarjetas de visita en papel. Según Mari Carmen Ruiz, experta en protocolo y eventos, “el networking del siglo XXI se basa en la autenticidad, la colaboración y la coherencia entre lo que proyectamos y lo que realmente somos”.
Y es que las nuevas formas de relación profesional están profundamente influenciadas por el entorno digital. Hoy, una conversación en LinkedIn puede ser tan valiosa como un encuentro presencial, y un evento híbrido —que combina lo físico con lo virtual— puede abrir puertas en cualquier parte del mundo.
“Ya no se trata de acumular contactos, sino de generar confianza. Un buen networking no consiste en hablar mucho, sino en escuchar bien”, explica Mari Carmen Ruiz.
Los eventos profesionales también han evolucionado. Ahora, más que ferias o congresos impersonales, se buscan espacios experienciales donde las personas se sientan parte de una comunidad. El protocolo, lejos de ser una formalidad rígida, se ha convertido en un elemento estratégico para crear entornos cómodos, equilibrados y propicios para el intercambio humano y profesional.
Mari Carmen lo resume así: “El protocolo es la herramienta invisible que hace que un evento funcione, que la gente se sienta bien y que las relaciones fluyan de manera natural. No se trata de reglas, sino de facilitar conexiones”.
El networking también se ha vuelto más horizontal y emocional. Las jerarquías pesan menos y la empatía pesa más. Se valora la coherencia, la imagen personal cuidada pero cercana, y la capacidad de comunicar con claridad. Por eso, cada vez más profesionales entienden que el networking empieza mucho antes de un encuentro: comienza con la preparación, la actitud y la presencia digital.
Además, en un contexto postpandemia, los encuentros presenciales han recuperado su valor simbólico. “Después de tanto tiempo viéndonos a través de pantallas, volver a estrechar la mano o compartir un café tiene un valor emocional añadido”, destaca Mari Carmen. “Pero debemos hacerlo con conciencia: el verdadero networking nace del interés genuino, no del oportunismo”.
En definitiva, el networking actual es un equilibrio entre estrategia y humanidad, entre tecnología y contacto real. No se trata de coleccionar tarjetas, sino de construir relaciones que sumen. Y como recuerda Mari Carmen Ruiz, “no hay evento, reunión o conversación pequeña: cualquier interacción puede ser el inicio de una gran oportunidad, si sabemos conectar desde el respeto y la autenticidad”.