
Sincronicidad, Karma o destino…¿estamos hablando de lo mismo?
Hay una antigua leyenda japonesa que dice que existe un hilo rojo invisible que conecta a dos personas desde que estas nacen. El hilo puede enredarse, tensarse, e incluso puedes intentar cortarlo, pero jamás podrás romperlo. Este hilo nunca desaparece y permanece constantemente atado, a pesar del tiempo y la distancia.
No importa lo que tardes en conocer a esa persona, no importa el tiempo que pases sin verla, ni siquiera importa si vives en la otra parte del mundo, el hilo se estirará hasta el infinito, pero nunca se romperá.
Dice la leyenda que hay un abuelo en la luna que cada noche sale a conocer a los recién nacidos y a atarles un hilo rojo a su dedo, un hilo que decidirá su futuro, un hilo que guiará a estas almas para que nunca se pierdan. Un hilo rojo que no podremos romper, ni deshilachar, un hilo rojo directo al corazón que conecta a los amores eternos, a los profundos, a esos para los que no hay antes ni después porque siempre han existido; el amor de una madre, de un padre, de un hermano, de un niño, de un amigo, de un hombre o de una mujer… Un hilo rojo que simboliza… La magia del corazón.
Cada uno que lo interprete como quiera pero lo que está claro es que, en ocasiones, las casualidades son tan fuertes que no dejan lugar a dudas… Almas gemelas se llaman, corazones entrelazados con una o varias eternidades por vivir… porque…pase lo que pase…no podremos escapar de la persona que nació para amarnos.
Hoy abrimos La Décima Puerta para hablar de sincronicidades, Karma y Destino, ¿Existen las casualidades?