Roberto Lifante
Hoy recibimos en ‘Punto de Equilibrio’ a Roberto Lifante, CEO de TK Analytics y Tecnologyk 3D, grupo empresarial que cerrará 2021 con más de dos millones de euros de facturación.
Una consultora informática y una empresa de impresoras 3D en el sector industrial, expandiéndose actualmente al sector médico, dirigidas por Roberto Lifante, de tan sólo 22 años de edad, que ha logrado hacer un equipo ‘más que grande, competente’.
Es inevitable preguntarle por su edad, algo a lo que ‘me he acostumbrado’ pero reconoce que la juventud ha supuesto un handicap a la hora de conseguir generar confianza, ‘a pesar de haber emprendido en un sector donde la juventud se valora, pero yo es que empecé muy joven’ y es que emprendió con 15 años, pero al fin y al cabo ‘cuando una persona es competente, por sus hechos se valora si vale la pena o no’.
En sus inicios, reconoce que fueron de una forma ‘un poco caótica, se me ocurre algo y voy a por ello, no me planteo cuánto voy a ganar o no. Creo y lo hago porque me gusta y quiero desarrollar nuevos conceptos que no existen. Hay muchas tecnologías creadas que no están aplicadas al mundo profesional, y mi manera de trabajar es estudiarlas y darles una utilidad para las empresas’, no obstante, al crecer necesitó organizar y profesionalizar ciertos departamentos.
Cuando hablamos de la ambición, afirma que en muchos casos ‘conlleva que te llamen materialista o que sólo quieres ganar dinero, cuando mi opinión es que cada uno en su campo debe tener la ambición de ser el mejor para así ser más competentes’ y es que ‘si las personas dan todo y ponen toda su energía en ser los mejores en su trabajo al final lo que tenemos es un equipo de profesionales competentes en todas las áreas del mundo laboral’.
Seguimos indagando en los factores que han llevado a Roberto Lifante al éxito, y confirmó que su familia es uno de ellos: ‘tanto mi hermano como yo tenemos desde la cuna esa manera trabajadora de ver la vida, la del autónomo’.
‘Mucha gente que no me conoce piensa que vengo de una familia rica, y mis padres son dos autónomos que se levantan a las 6:00 de la mañana, cortan mármol y tienen las manos llenas de callos’ a lo que añade que ‘mis vacaciones en verano eran irme con mi abuelo a recoger almendras y vendimiar, y las de invierno eran para recoger oliva.
Pese a lo que mucha gente pueda pensar, ‘ni me han dado todo regalado ni he tenido una base para darme facilidades, lo que sí que es cierto es que mi madre me ha enseñado a trabajar con la cabeza y mi padre a hacerlo con las manos’.
Un entorno familiar que le ha ayudado a interiorizar que ‘por muy bien o por muy mal que vayan las cosas, nuestra capacidad de trabajar y generar riqueza nunca la vamos a perder’.