El 25 de noviembre, corresponde al “Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres”. El lunes, fue 25 de noviembre, y tenía la necesidad de dedicar la columna de esta semana a las mujeres en particular y la humanidad en general. No vamos a hablar de muerte, tampoco de maltrato, sabemos que existe, ya que todas las semanas nos levantamos con la deplorable noticia en los medios de comunicación.
La humanidad, ha sido cruel y despiadada consigo misma desde el comienzo de la historia. Solo, en la segunda guerra mundial, se estima que murieron mas de 70 millones de personas. Que desperdicio de vidas por el capricho de unos pocos.
Cierto es, que cada vez mueren menos civiles y militares. De eso parece que han aprendido los dirigentes políticos, ya que el meollo del combate se ha desplazado a otros terrenos políticos.
¿Es justo que una mujer maltratada, se tenga que esconder en un piso de acogida? Además de pasar por un maltrato, la premian escondiéndola. ¿Es justo que un hombre muera a manos de su mujer, y la noticia apenas trascienda? ¿Es justo que un padre mate a sus hijos, cuando la madre había interpuesto denuncias, por maltrato y nada se hizo? ¿Es justo que una madre mate a su hijo pequeño junto con ella, y en vez de llamarla asesina, se hable de suicidio ampliado? ¿Es justo que droguen a una mujer, y entre varios hombres, la vulneren y no sea violación si no abuso?
Imagino que nadie quiere que maten, violen, roben, abusen, de un ser querido. Imagino que nadie quiere vivir con miedo. Dicho esto, por qué se empeñan nuestros representantes políticos en enfrentarnos entre nosotros.
Estamos, en la era de lo políticamente correcto. Si te sales del guion, te etiquetan de la peor manera posible. Machista, feminista, racista, xenófobo… se ha convertido en un insulto que nuestros políticos utilizan muy alegremente. Tenemos un gobierno, que se autoproclama feminista por tener más mujeres que hombres, como si de un triunfo para la mujer se tratase. Como mujer, me da vergüenza que nos traten como un número. No quiero ser ministra por ser mujer, quiero ser ministra porque sea válida.
Fomentar la igualdad de oportunidades para que todos, podamos demostrar nuestra valía independientemente del sexo al que pertenezca. Otros partidos, albergan en su nombre la connotación femenina, y está representado por un hombre, se ve que la marca vende. Otros partidos, luchan por demostrar que la violencia de la mujer es una pantomima…y así nos va. Tenemos un problema de seguridad, no solo con las mujeres, también con los hombres, con los niños.
Que tal, si nos dejamos de dar golpes en el pecho, abanderando el feminismo, abanderando el machismo, y nos preocupamos porque las personas malas, depravadas…no campen a sus anchas por nuestras calles.
No podemos hablar de cadena perpetua, no podemos hablar de prisión permanente revisable, no existe la reinserción porque no hay medios económicos ni humanos para ello. La realidad es que, para determinados delitos, se debería tener especial interés en que condena cumple esa persona, y aun más importante, en qué condiciones se enfrenta a la libertad. El sistema no puede decidir que nos toca convivir con una bomba de relojería, y no avisar de ello. No todos tenemos escolta para protegernos.
Dejen de utilizar, la figura de la mujer y del hombre, para desafiarnos entre nosotros. ¿Tan complicado es que entiendan, que hay personas que no se reinsertan, y otras que no deben morir en la cárcel? Mientras ustedes discuten, por sus sillones y pactos, pasamos miedo y algunos hasta mueren.
Usamos cookies para asegurar que te damos la mejor experiencia en nuestra web. Si continúas usando este sitio, asumiremos que estás de acuerdo con ello.AceptarNoPolítica de privacidad
