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El Día Menos Pensado

OPINIÓN | ‘Mi güertica murciana’, por Juana Rocamora

today24/06/2020

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 ‘Mi güertica murciana’

La versión más huertana de Sweet Home Alabama, interpretada por “fenómenos extraños, mi güertica murciana”, un cántico al orgullo huertano.

Para conocer la huerta de la Región, hay que comer de ella, vivir por ella y sufrir por ella. Lamentablemente en los últimos años los políticos de la Región se han preocupado más por utilizarla como arma arrojadiza que como un regalo de la madre naturaleza.

Quién no recuerda el eslogan “agua para todos”, que bien podría haber sido “agua para llenar mis bolsillos”, y es que nunca una campaña política aportó tanto redito electoral a un partido. La política actual se ha limitado única y exclusivamente a ofrecer campañas publicitarias con el único fin de captar votos a costa de los sueños de sus votantes.

Recordamos quienes eran los que encabezaban las pancartas de “agua para todos”, el que fuera presidente de la Comunidad Valenciana, Francisco Camps, el jefe de la oposición y posterior presidente del gobierno, Mariano Rajoy, y por supuesto el que fuera presidente de la Región, Ramon Luis Valcarcel.

La región, alentada por el miedo al coco de Zapatero, se unió por el mantra que tan bien orquestaron los populares de aquel entonces, mientras, por detrás, se firmaban grandes negocios en materia urbanística y se generaban grandes ecocidios de los que ahora nos toca recoger sus frutos.

Eran tiempos, en los que el ciudadano creía en sus representantes políticos. El murciano, junto con parte del levante español, echado a la calle, para entre otras causas luchar, por el trasvase del Ebro. El miedo a tener sed, fue usado como motivación para movilizar a la ciudadanía.

Y así, vimos cambiar el paisaje de la región donde las grúas de construcción y las zonas de regadío, se aglutinaron los mismo en un paisaje protegido o en la tierra más árida jamás vista.

Lo que para unos pocos fue un negocio, para otros significó el volver a luchar por ser alguien. El huertano en particular y el murciano en general se sentía orgulloso de que por una vez la Región pintase algo en el panorama nacional. Un espejismo que con el paso del tiempo se tornó en una realidad de la que ya se ha vuelto una costumbre.

La historia la conocemos todos, aún con mayoría absoluta del gobierno de la nación, a cargo de los populares de Mariano Rajoy y la presidencia de la Comunidad a cargo de Ramon Luis Valcarcel, el trasvase del Ebro desapareció y nunca se supo más. Una campaña orquestada para saciar las ambiciones y los bolsillos de algunos pocos.

Cada cual que piense lo que le convenga, pero la realidad es que nuestra Región no es amada y respetada por los que la gobiernan. La huerta de la región se mantiene gracias al esfuerzo y sacrificio de sus huertanos, que nunca han defendido sus propios representantes.

A los representantes políticos de nuestra región, cada vez les supone un mayor esfuerzo encontrar la forma de destruir los recursos que nuestra tierra nos ha regalado tan generosamente para sacar redito personal. Y les supone un mayor esfuerzo que años atrás, por dos motivos, uno debido al abuso descarado y reiterado que han sufrido los ciudadanos y otro porque cada vez les quedan menos recursos que arruinar.

Para rebajar, las barrigas, cada vez más apretadas de nuestros representantes políticos, no les vendría mal, un paseo por la Región, donde podrán descubrir, el olor de los melocotones de Cieza, el sabor de los tomates de Mazarrón y Águilas, el color de los limones de la Vega del Segura, los melones del campo de Cartagena, el secano de Puerto Lumbreras inundado de olivos y almendros, los albaricoques de hueso dulce de Abanilla, las vides que riegan los campos de Jumilla y Yecla, y aunque nos falta mucho viaje por recorrer no podemos olvidar el refranero popular “en tiempo de higos no hay amigos”, los higos y brevas de nuestra Región que endulzan nuestra tierra.

Ustedes verán, si no tenemos motivos más que suficientes, para sentirnos orgullos de nuestra Región.

 

Juana Rocamora | Portavoz SOMOS REGIÓN


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