En los años de democracia que llevo vividos, que son casi todos, no recuerdo un espectáculo como el que se está representando estos días en el Congreso de los Diputados. El Gobierno más lamentable y más nefasto de la historia reciente de España nos ha tocado en el peor momento que podíamos imaginar.
Hay tanto material que más que para una columna de opinión, da para una enciclopedia, pero me voy a centrar en el otrora Magistrado de prestigio, Fernando Grande-Marlaska, hoy el peor Ministro del Interior desde que muchos tenemos memoria.
Confieso, hoy con vergüenza, que lo admiré y mucho cuando, incluso amenazado por ETA, se convirtió en el Juez azote de la banda terrorista, motivo por el cual se trasladó del País Vasco a Madrid y comenzó su andadura en la Audiencia Nacional.
Y aterrizó en el Gobierno de Sánchez y cometió el error de su vida, porque a día de hoy es un cadáver político y judicial.
Nadie que pase por el gabinete presidencial en estos momentos va a salir de él sin mácula, o al menos, no debería, aunque los españoles en general somos bastante olvidadizos cuando nos lo proponemos y llevamos un tiempo consumiendo con embudo una mentira tras otra y a cual más gorda que la anterior, y nos las comemos sin pudor ni recato, porque si en algo es especialista este gobierno es en mantenernos en el mundo impostado que han creado a nuestro alrededor, en la falacia permanente.
Marlaska ha mentido descaradamente en sede parlamentaria, ha cometido un grave delito que, en cualquier democracia civilizada, le habría costado el puesto con carácter inmediato y una inhabilitación de por vida para el ejercicio de la judicatura, pero esto es España, y en España solo se castiga y persigue cuando gobiernan “los otros”, cuando gobiernan ellos se llama crispación.
Marlaska se ha enfangado en el charco de la indignidad y ha quedado ante la opinión pública como un auténtico mentiroso. Es asombroso que alguien que ha ejercido el digno oficio de impartir justicia y con tanta elegancia, se haya convertido en el macarra segundo del gabinete, el primer puesto en el medallero lo ostenta Ábalos desde hace tiempo, sin olvidarnos del vicepresidente Iglesias que anda batiéndose el cobre por ganar puestos en macarrismo y chulería.
Pero, como he dicho antes, esto es España en el peor momento del siglo con el peor gobierno del siglo y con los peores votantes de la historia y si no es así, demostrémoslo en las urnas.
Mar Rodríguez | Asesora en comunicación política