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El Día Menos Pensado

OPINIÓN | ‘Los conguitos y el racismo New Age’, por Mar Rodríguez

today02/07/2020

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En estos días en los que la sociedad parece haber perdido el oremus completamente, o no solo lo parece sino que en algún momento viramos el barco hacia un rumbo imaginario e irreal en el que todo es “cogérsela con papel de fumar”, han tomado protagonismo los conguitos, cacahuetes recubiertos de chocolate de los que, por cierto, me declaro muy fan.

Los conguitos han cometido el pecado de tener cara de negritos simpáticos, panzones y de labios gruesos, ante los que según el racismo new age que nos arrasa, deberíamos arrodillarnos en lugar de comérnoslos.

Y todo este dislate empieza cuando un par de policías norteamericanos se ensañan con un ciudadano de raza negra que acaba muriendo; por desgracia, nada nuevo bajo el sol. No es inusual, desafortunadamente, que estos episodios de abuso de autoridad hacia el “negro” ocurran entre los Cops americanos.

Lo que ocurre es que estos “presuntos actos racistas” hay que ponerlos muy en cuarentena, ya que a pesar de que hacen mucho ruido y son muy execrables, no son un síntoma de que la sociedad sea racista en general.

No son precisamente una minoría las personas negras que no se sienten libres ni en América ni en Europa. El solo hecho de referirnos a ellos como personas libres, integradas, etc, me parece mucho más racista que las locuras que estamos viendo en los medios estos días. Decir eso es magnificar una diferencia que no existe. Y no existe porque no veo la diferencia entre que un blanco mate a un negro, un negro a un blanco, un negro a un negro o un blanco a un blanco.

Pongamos un ejemplo fácil: en numerosos barrios marginales de muchas ciudades del mundo, existen rivalidades, ajustes de cuentas y asesinatos entre personas de la misma raza, desde que el mundo es mundo. Las personas han sido, son y serán violentas entre ellas y nunca se podrá evitar, lo que sí se puede evitar es caer en el absurdo de sentirse culpable e hincar la rodilla ante un negro por el mero hecho de haber nacido blanco, yo me niego a este disparate.

Este racismo new age, aprovechado generalmente por lobbys o partidos políticos para sembrar discordia entre seres humanos, siempre en su propio beneficio, es llevar a los ciudadanos a una distopía más de las muchas de las que estamos siendo víctimas los que nos sentimos simplemente personas, ni más ni menos que otras, simplemente iguales.

Los conguitos son negros como el merengue es blanco y Obama es negro como yo soy blanca…¿y qué? Lo políticamente correcto o incorrecto ha llegado a un límite completamente demente en el que estamos siendo cretinos por encima de nuestras posibilidades. Y lo peor de todo es que este cretinismo, poco a poco, se va imponiendo a la sensatez y al sentido común, inculcando en las generaciones más jóvenes un sentimiento negativo ante sus semejantes, inoculando un veneno que, al paso que vamos, y con una juventud desnortada y sin saber una gota de Historia, va a ser muy difícil de combatir con un antídoto eficaz.

 

Mar Rodríguez | Asesora en comunicación política


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