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OPINIÓN | ‘La muerte de la presunción de inocencia’, por Mar Rodríguez
A propósito del próximo Día de la mujer y como ya tenemos un Ministerio de Igualdad, hay mucha prisa por lo visto en aprobar leyes como quien hace churros, porque hay que justificar muchos sueldos y parecer que se hace algo por “ese colectivo tan desprotegido” que somos las mujeres.
¿De verdad nos pretenden hacer creer que somos tan vulnerables y tan necesitadas de protección legislativa, ejecutiva y judicial? Pues va a ser que no y rotundamente no. A mí y a la mayoría de mujeres con muebles en la cabeza, no nos representan las que pretenden liberarnos del yugo del varón, como si no lo supiéramos hacer solitas o no lo hubiéramos hecho ya la gran mayoría de nosotras.
Este Ministerio tan chupiguay, formado solo por mujeres porque mola mucho, acaba de redactar un borrador absolutamente monstruoso, tanto en el contenido como en el continente, de una presunta Ley para castigar al machirulo y proteger al ser de luz y me explico, la cosa va de que las mujeres nacemos víctimas y los hombres verdugos y punto.
Olvídense los hombres del mundo de osar pronunciar cualquier tipo de piropo o requiebro a una dama (perdón por la palabra, pero a mí me gusta), porque como a la fémina en cuestión le moleste lo más mínimo, ya se puede dar por fastidiado. Y si, por aquellas cosas de la vida, a la señorita en cuestión le gustase el agasajo y entabla relación con el susodicho, igual al primer toque (y no en el sentido deportivo precisamente) le da la vena y se va a la comisaría más cercana a decir que no dijo Sí expresamente y que la han violentado, y como los hombres no suelen llevar un Notario en el bolsillo, pues que se dé por fastidiado otra vez. Y, ahora viene lo más simpático de esta historia, bastará el testimonio de la ofendida o violada para que al varón, de entrada, le pongan un par de grilletes como dos soles y luego que
demuestra que ella dijo Sí.
Es decir, esto ya no va de Derecho ni derechos, sino del revés. La presunción de inocencia y la carga de la prueba han sido fulminadas, masacradas y asesinadas y esta es la protección que parece que necesitamos las mujeres, amén de llegar solas y borrachas a casa, maravilloso eslogan lanzado por la cuenta oficial del Ministerio y que no sé si da más miedo que risa, porque decir que es un despropósito es quedarse muy pero que muy corto.
Mar Rodríguez | Asesora en Comunicación Política
