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OPINIÓN | ‘Cuando las alarmas saltan tarde’, por Mar Rodríguez
Esta semana le toca al coronavirus, como no podía ser de otra manera, y todo el tinglado informativo y desinformativo, que se está montando en torno al dichoso COVID-19.
Está clara una de estas opciones, o estamos en manos de unos pardillos que no han tomado conciencia de la que tenemos encima o estamos en manos de unos absolutos irresponsables para quienes ha primado tener contentos a sus socios feministas de gobierno, por encima de la salud de cuarenta y seis millones de españoles.
A pesar de que me inclino personalmente más por la segunda, conforme pasan los días y observo esas comparecencias de Simón, el publirreportaje del Gobierno y la única comparecencia a la que se ha dignado el Presidente Sánchez, en la que no ha dicho absolutamente nada, voy yo fabricándome una tercera opción combinación de las dos anteriores, es decir, son las dos cosas, irresponsables y pardillos, o más bien ineptos.
Me resulta difícil de creer, por lo imposible, que el Gobierno estuviera in albis acerca del peligro real que corre la población y por eso permitiera la masiva
manifestación del 8 de marzo, vamos que no me lo trago. Otra cosa bien distinta es que en esta, como en tantas otras cosas, no tienen ni idea de lo que tienen que hacer.
Si lo piensan bien, la combinación de ambas circunstancias es perfecta, resumida en dos adjetivos irresponsables e incapaces.
La situación es muy grave, más de lo que parece, el virus aumenta los contagios exponencialmente, pero el Gobierno es absolutamente incapaz de reconocer que no tiene ni idea de cómo gestionar una emergencia sanitaria de tales proporciones. Pero si la situación es grave, lo es más el hecho de que se hayan ocultado datos y medidas para la población a sabiendas, se ha desinformado y se ha jugado con la vida de las personas.
Pero claro, ¿qué se puede esperar de un gobierno cuyo Ministro de Sanidad es un filósofo y de un presidente al que lo único que le importa es conservar su silla así caiga la bomba atómica?
La OMS declara oficialmente que estamos ante una pandemia y en España seguimos a por uvas y nos echamos las manos a la cabeza porque en alguna de nuestras diecisiete comunidades, los políticos al mando han cogido las riendas que les corresponde agarrar a un gobierno incompetente e irresponsable. Aquí no dimite ni dimitirá nadie simplemente porque el nivel de vergüenza de los responsables políticos es directamente proporcional a su incapacidad y temeridad.
Llevamos un mes de retraso con respecto a países gobernados por seres con sentido común y de la responsabilidad. Estamos ante una de las crisis más duras de las últimas décadas y precisamente nos ha tocado que la lidie el torero Sánchez.
Que no vayamos a más…
00Mar Rodríguez | Asesora en Comunicación Política
