
Los seres humanos vivimos a menudo de espaldas a una realidad: no somos el centro del universo y somos más vulnerables y dependientes de lo que creemos del ecosistema en el que nos movemos.
Nuestra necesidad de avanzar y evolucionar como sociedad, de tener una mejor calidad de vida, nos ha llevado a la contaminación, a la deforestación, a un cambio climático incipiente que afecta a todos aquellos seres vivos que habitan el planeta y que desempeñan un papel fundamental para nuestra subsistencia.
En nuestro planeta existen 1.400 millones de insectos por cada persona y, según afirma David MacNeal en su libro ‘Bugged’, necesitamos a todos y cada uno de estos «impulsores del mundo» para mantener el equilibrio de los ecosistemas, tal y como ocurre con la fauna silvestre.
Esta semana, en ‘La Voz del Veterinario’, de El Día Menos Pensado, hablamos con Fernando Escribano, veterinario del Centro de Recuperación de Fauna Silvestre ‘El Valle’, quienes cuidan y protegen a esas especies, que deben seguir entre nosotros, cumpliendo su función y, con ello, para que la vida siga abriéndose camino. Además, con su trabajo, evitan y contienen posibles futuros problemas de salud pública.