El eurodiputado murciano del PSOE, Marcos Ros, coge La Lupa de Metropólitan Daily.
En política no vale todo, y esta semana hemos asistido a una preocupante escalada de los intentos de deslegitimación de las instituciones que no podemos permitir, porque está en juego nuestra democracia.
Y en esa escalada se ha situado el Partido Popular, en su intento por competir electoralmente con el espacio que le quita Vox por el flanco de la ultraderecha. Pero claro, hay límites que un partido al que se le supone de gobierno y serio, no debería traspasar.
Como el hecho de calentar durante días, con visita de un eurodiputado incluida, a los ganaderos de Lorca, desinformando, manipulando y haciendo llamamientos a una manifestación que finalmente terminó por desembocar en el asalto al pleno del Ayuntamiento, donde solo faltó, como en el Capitolio, que alguno de los asaltantes fuera disfrazado de toro con cuernos.
Ahora intentan poner paños calientes, decir que algunos no sabían, o que solo es una manifestación más que acaba con altercados. Pero no, el Pleno de un ayuntamiento es el templo de la democracia municipal, y asaltarlo, es robarnos la libertad a todos.
También los vimos montar un espectáculo lamentable durante el debate y votación en el Congreso de la reforma laboral. Casado, siguiendo el guion marcado por Trump hace año y medio, incluso acusó de pucherazo el resultado de la votación.
Todavía hay quienes piensan que esto es solo hacer ruido para calentar la última semana de la campaña castellano-leonesa, pero no. Deslegitimar al Congreso, es poner en duda la soberanía popular y la democracia.
Si tanto les preocupan algunos problemas, podrían plantear su modelo alternativo de ordenación de las granjas porcinas en los entornos urbanos. O quizás explicarnos qué tiene de malo la nueva reforma laboral, que convence a sindicatos, empresarios y a Bruselas y, sobre todo, cuál es el modelo que propondrían.
Tampoco estaría mal que dejen que cada partido llegue a acuerdos con los demás partidos, sin presionar a diputados individuales. O asumir con deportividad que, cuando uno se equivoca, se ha equivocado, como hacemos todos.
Pero por favor, no jueguen con fuego, porque si al final todo arde, nos quemaremos todos.
Marcos Ros | Eurodiputado del PSOE