El eurodiputado murciano del PSRM-PSOE, Marcos Ros, coge La Lupa de Metropólitan Daily.
Todavía recuerdo como si fuera hoy, la conmoción que supuso para mi generación de adolescentes 16 años, la irrupción de la película Las Edades de Lulú que, a pesar de no ser una gran adaptación cinematográfica, ponía el género erótico al borde de la normalidad, en aquella España de 1990 que todavía se sacudía las legañas de la transición y la movida madrileña.
Años más tarde me interesaría por leer aquel libro de Almudena Grandes que, con sus tapas rosas de la colección Sonrisa Vertical, era un clásico del préstamo entre universitarios.
Más allá del género erótico, que solo fue una anécdota en su debut literario, aquella lectura me cautivó por su capacidad de conectar con los sentimientos del lector.
A partir de ahí vendrían, entre otras, Los aires difíciles y Atlas de geografía humana, con una increíble capacidad de describir las relaciones entre los personajes, al tiempo que enmarcar un retrato de la sociedad española contemporánea como casi nadie ha sabido pintar en los últimos tiempos.
La novela que nos marcó a todos los lectores es sin duda El corazón helado, un relato magistral de la España de posguerra, con los cruces de relaciones entre herederos de un bando y otro, escrito con la delicadeza de quien se implica hasta el fondo con los personajes, de quien entiende la manera de vivir y sobrevivir de unos y otros, y de quien es capaz de amar tanto a su país que es capaz de leerlo, entenderlo, y contárnoslo magistralmente.
Pero Almudena Grandes es mucho más que sus grandes novelas, o que sus Episodios de una guerra interminable. Almudena ha formado parte de nuestras vidas, desde la adolescencia a la madurez. La hemos visto nacer como escritora, crecer y convertirse en una de las grandes, la hemos leído en sus columnas de prensa, y se ha metido en nuestra casa por la radio con la familiaridad de quien te conoce de siempre.
Hoy estamos rotos, nos quedamos huérfanos de tu voz y tu vitalidad, pero tenemos para siempre tus lecturas. Gracias por tanto.
Allá donde estés, descansa en paz.
Marcos Ros | Eurodiputado del PSOE