Tras el escándalo desatado el pasado martes, cuando La Verdad publicó que el ya exconsejero de Salud, Manuel Villegas, se había vacunado sin seguir el orden fijado en el protocolo de vacunación establecido por el Ministerio de Sanidad, al igual que más de 400 funcionarios de la consejería y el SMS, que llevó Villegas a dimitir pocas horas después, ante la presión mediática, política y social, fueron otros casos los que vieron la luz, confirmados por sus propios protagonistas.
Por un lado, la alcaldesa de Molina de Segura del PSRM-PSOE, Esther Clavero, que este lunes, tras cinco días resistiéndose a dimitir, acababa cediendo ante las presiones de su partido y tras el comunicado en el que la mayoría de sus compañeros en el grupo municipal exigían su renuncia.
Clavero ha asegurado, en una carta de despedida de tres folios de extensión, despedirse «desde la tristeza, y el abatimiento de haber sufrido un linchamiento sin precedentes que ha dañado a mi familia, y a mi persona».
Un comunicado, donde la ya exalcaldesa admite que su vacunación fue una equivocación. «Cometí el error de vacunarme cuando me llamaron desde mi centro de salud porque consideraron, que al ser paciente de riesgo, y estar altamente expuesta, iba a ser lo mejor para mí. Ese es el máximo delito que he cometido en mis 43 años de vida».
Otro de los cargos públicos sobre los que pesa el foco mediático, desde la pasada semana, cuando también se develó que fue vacunado es el concejal de Salud del Ayuntamiento de Murcia, Felipe Coello, que justifica esa vacunación «prematura» en su labor como voluntario en el Servicio Municipal de Vacunación.
El PSOE municipal exige su dimisión al entender que Coello es concejal liberado y que, aunque es licenciado en medicina, no ha ejercido jamás.
En El Día Menos Pensado de Alberto Huertas hablamos con José Antonio Serrano, portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Murcia, donde ha advertido que «quien se aproveche de un cargo público para vacunarse, como parece ser el caso de Coello, debe dimitir, y actuar con la ejemplaridad que ha demostrado el PSOE con la dimisión de la propia Clavero», dice.
Además, señala que en el caso del concejal popular de salud del consistorio murciano «no hay que entrar en más disquisiciones de si por las tardes echo un rato para vacunar porque quiero hacer de médico o de enfermero», asegura. Para Serrando, la pelota está ahora en el tejado del alcalde Ballesta y de Mario Gómez, concejal de ciudadanos, como socio del gobierno en coalición, quienes deberían tomar la decisión de cesar a Coello, según el portavoz socialista.
Además, Serrano ha insistido en que su grupo solicitará el listado de vacunados por el Servicio Municipal de vacunación.