OPINIÓN | ‘Me duele España’, por Mar Rodríguez

 

“Soy español, español de nacimiento, de educación, de cuerpo, de espíritu, de lengua y hasta de profesión y oficio; español sobre todo y ante todo».

Sirva esta frase de Unamuno para definir mi sentir y el de muchos españoles a los que nos da en el corazón que España está herida de muerte, sangra en una hemorragia constante de puñaladas a la democracia, las libertades y el Estado de Derecho; y lo peor es que los estoques vienen de las propias instituciones, sin pudor ni recato, con odio y maldad, con la ira propia de quienes llegan al poder con resentimiento y planes de destrucción.

Los pilares del Estado constitucionalista que construímos todos los demócratas se tambalean golpeados por el propio gobierno. La Justicia y la Corona, los sustentos de la historia democrática de este país están siendo destruídos sin piedad por aquellos que, no hace tanto, prometieron o juraron, por su conciencia y honor, lealtad a la Corona y a las instituciones del Estado. No había tal conciencia ni mucho menos honor y lealtad, no saben lo que significa. Había y hay un ideario, un patrón de demolición desde dentro y para eso, había que entrar….y entraron, los dejamos entrar y vinieron a cumplir su plan.

La rivalidad y la revancha son los ejes del plan de destrucción, los fundamentos del ideario que empezó a vender Zapatero y hoy continúan sus herederos, más dañino todavía si cabe, porque ahora tenemos al comunismo puro y duro dentro y bien dentro, con más poder del que nos imaginamos. Que desde el gobierno se desprecie y humille la Jefatura del Estado como ha ocurrido estos días, es algo que en cuarenta años de democracia, no se había atrevido a hacer ningún gobierno, ninguno, ni el del maquiavélico Zapatero.

Y esto ha venido a ocurrir en Cataluña, justo tres años después de que Su Majestad el Rey lanzara un duro mensaje a los golpistas del 1 de octubre. La Mafia catalana amparada por el mismísimo presidente del gobierno ha cumplido su vendetta y, de paso, el bolivariano vicepresidente se frota las manos mientras su monigote Garzón, ese que gusta de llamar al Rey ciudadano Borbón, incendia las redes sociales con todo tipo de faltas de respeto e insultos contra la más alta institución del Estado.

Quien a estas alturas piense que todas estas jugadas no estaban planeadas de antemano, peca de iluso, pues cada día se va fraguando un poco más, sin pausa alguna, la deconstrucción del Estado, el revisionismo histórico de los paletos, la memoria de algunos que no de todos, la república chavista, el fin de la democracia. Todo ello pasando por la tramitación de los indultos del procés, los lamentos del presidente del gobierno por el suicidio en prisión de un asesino de ETA, los pactos con separatistas, golpistas, herederos de criminales y otros especímenes del panorama político.

Me duele España, me duele mucho, como le dolía a Unamuno, como les duele a muchos, como nos duele a todos los que amamos este país y hemos vivido la construcción de un Estado libre y democrático y que, desgraciadamente, también estamos viviendo la destrucción de lo que tanto ha costado a la gente buena y libre de este país.

 

Mar Rodríguez | Abogada y Asesora en Comunicación Política

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