
La semana pasada les dejaba reflexionando sobre la compra por parte del votante de un relato poco creíble, poco sustentable y a todas luces, falaz.
Conclusiones habrá tantas como mentes pensantes, pero yo les voy a explicar la mía dentro del contexto de la Comunicación política actual en España y de los resultados
electorales, ese batiburrillo de formaciones políticas que pintan un panorama absolutamente desolador.
Empecemos por la irresponsabilidad de votantes y políticos, sí sí, de ambos, han oído bien. Todos somos responsables de lo que depositamos en las urnas, así como tenemos la obligación en una democracia representativa de pedir explicaciones y
responsabilidades a los políticos que nos gobiernan pues, al fin y al cabo, nosotros les pagamos. Es una relación de depósito de confianza fnanciada con nuestros impuestos que no asumimos y eso nos convierte en el votante conformista.
Verán, estoy segura que ninguno de nosotros incluidos los votantes de la la lista más votada, se plantea antes de ir a las urnas, qué puede pasar después…..acudimos a votar con orejeras, alentados por lo que leemos o vemos en prensa y televisión sin esforzarnos, en la mayoría de los casos, en reflexionar si los medios nos están vendiendo la verdad o
nos están intentando convencer como masas aborregadas al destino que ellos quieren.
Seguramente, pocos o ninguno de nosotros, esperaba que tras las sucesivas negativas del presidente en funciones de no pactar con independentistas en su maquiávelico relato, hiciera justo lo contrario.
Pues bien, aquí viene el tema de la responsabilidad. ¿Por qué somos incapaces de levantar nuestra voz y decirle al votado, oiga que yo no le he dado mi voto para que haga usted estas barbaridades?
Ahí les dejo la reflexión de hoy para que la piensen un poco….o un mucho.