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OPINIÓN | ‘Cuando lo público no es de nadie, pero sí de unos pocos’, por Juana Rocamora (SOMOS REGIÓN)
Alguna vez, se han preguntado, donde va a parar el dinero público que invierte la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia.
Corría el año 2004 y la actual vicepresidenta del Gobierno, que por aquel entonces era Ministra de Cultura, Doña Carmen Calvo, disparó la alborotadora frase “el dinero público no es de nadie”. Las declaraciones de la actual vicepresidenta, provocaron críticas de la oposición y demás colectivos. Realmente la sinceridad le jugó una mala pasada.
Nuestra Región, es de las que menos dinero recibe en materia de financiación de toda España. Eso redunda, en un trato desfavorable con respecto al resto de españoles. Por lo que, siendo todos iguales en una misma nación, las oportunidades que se le prestan a los ciudadanos y la calidad de vida que tienen otras comunidades, no son las mismas que tienen los ciudadanos de la Región de Murcia.
Estamos en clara desventaja. Pero, si a eso, le sumamos que el dinero público no es de nadie, hace que la gestión de ese dinero, sea nefasta. Como cualquier empresa, la optimización de recursos, puede generar mayor riqueza y beneficios.
El clientelismo, en el que se encuentra asentado el gobierno de nuestra Comunidad, hace que el dinero público, vaya destinado a beneficiar esa red, que garantiza los votos para seguir nutriendo al actual gobierno. No podemos olvidar, las declaraciones del que fue Concejal de Fomento de Murcia: «Hay mucha gente que está donde está gracias a nosotros y al PP, que no se le olvide a la gente que está en las concesionarias y a las que les hemos conseguido un trabajo”, “quién no se acuerda de las cosas, es un marrano, y puede ser que cuando vengan otros, que no va a pasar, pues que nos pongan en la calle».
Un secreto a voces que imagino que a pocos sorprendió salvo al Señor Ortiz que tuvo que dimitir, porque eso de tirar de la manta ya sabemos cómo acaba.
Y es que, la naturalidad con lo que se publican los contratos públicos, en el perfil del contratante de la Comunidad Autónoma, donde como si de un sastre se tratase, encajan a la perfección con las mismas empresas y/o asociaciones que años tras años llevan prestando el servicio, hacen que estos trajes a medida acaben con la competencia en este sector y agudicen los recelos mas insospechados.
Las coaliciones, que actualmente están aflorando en nuestra nación, tanto en el panorama nacional como en los gobiernos autonómicos, tampoco nos van a librar de esta lacra, ya que desde el principio deberían de nacer desde la voluntad de ceder, colaborar y garantizar la confianza mutua por el bien de sus ciudadanos. Los españoles elegimos a nuestros representantes para que trabajen juntos, no para volver a las urnas una y otra vez. Lo que se percibe, es que dichas coaliciones son para controlar los unos a los otros, ya que dan por sentado que el sistema está viciado, en vez de cambiarlo. Además, encontrar sillón y las prebendas que van con el puesto, como pagas vitalicias, dietas, planes de pensiones… han acabado por dotar al panorama político de personas poco cualificadas que ven en un puesto, la oportunidad de labrarse un futuro económico sin responsabilidad ninguna. Como el dinero no es de nadie, puedo endeudar un municipio, una Comunidad, un País, y no asumo responsabilidad alguna. Al contrario, por muy nefasta que haya sido mi gestión ustedes me seguirán pagando.
El dinero público, seguirá siendo de nadie y de unos pocos, siempre y cuando no se garantice, que la gestión de nuestra Comunidad está representada, por políticos formados que sirven a sus ciudadanos y no a ellos mismos.
Juana Rocamora | Portavoz de SOMOS REGIÓN
