El eurodiputado murciano del PSOE, Marcos Ros, coge La Lupa de Metropólitan Daily.
Este próximo jueves se cumplirán cuarenta años desde aquel 9 de junio de 1982 en que se publicó el Estatuto de Autonomía de la Región de Murcia.
Lo celebraremos, como cada año, con un día festivo en el que se mezclarán los festejos, los reconocimientos, las reivindicaciones y las demandas.
Es por lo tanto una buena semana para reflexionar sobre el rumbo que está llevando la Región, en un contexto cada vez más globalizado.
Hace tiempo que la Unión Europea estableció las prioridades políticas para la próxima década. Estableció un amplio consenso entre las fuerzas políticas comunitarias: transición ecológica para una mejor lucha contra el cambio climático, modernización digital para no perder el tren de la competitividad mundial, y cohesión social para no dejar a nadie atrás.
Estas prioridades, establecidas al inicio de la legislatura, y reforzadas con el Plan de Recuperación y los Fondos Next Generation para la salida de la pandemia, son las que pretenden conseguir una sociedad más sostenible, más competitiva y más cohesionada en un futuro medio. Y son prioridades que vienen acompañadas por grandes incentivos para quienes quieran subirse al carro y remar en esa dirección, y de normativa y sanciones para quienes se empeñen en seguir con modelos económicos insostenibles, poco competitivos e injustos.
Y justo nos encontramos en una Región de Murcia donde las oportunidades de mejora en las tres áreas son exponencialmente espectaculares, pues venimos de un modelo ambiental depredador (como lo demuestra el Mar Menor), de escasa competitividad y con una sociedad cada vez más desigual.
Se diría que es la gran oportunidad de la Región, subirse al carro de los tiempos, presentar proyectos de cambio de modelo regional, y luchar por la obtención de las mayores cantidades de fondos posibles.
De no ser porque tenemos a un gobierno lastimero, que no tiene ni plantea modelo y que solamente se dedica a lloriquear preventivamente, como quien sabe que por no hacer los deberes no recibirá la merienda del día.