Juana Rocamora
La portavoz de SOMOS REGIÓN, Juana Rocamora, coge La Lupa de Metrópolis Daily.
Pensar que día es el peor de tu vida, te traslada al momento en el que un familiar o un ser querido falleció. El día, en el que te diagnosticaron una grave enfermedad, o el día en el que tuviste un brutal accidente, podrían incluirse en este abanico de desgracias. Calamidad tras calamidad, que ahora más que nunca, nos tortura, debido a la situación que nos ha tocado vivir.
La sensación, de estar inmersos en un bombo de lotería, en el cada noche te acuestas pensando, que no te toque a ti o a uno de los tuyos vivir, lo que cada vez padecen más familias, ha provocado una constante incertidumbre, la cual se ha mudado a nuestras vidas por mucho tiempo, como consecuencia de este diabólico virus que nos ataca de la manera más cruel posible. Caprichoso hasta hartar, en el que lo mismo se muestra asintomático, que te hiere de muerte sin tener en cuenta edad, raza o posición económica.
La tercera ola que está azotando nuestra Región, es la que azotó hace unos meses a nuestros vecinos de Madrid, que a su vez con anterioridad pudimos ver los estragos que causó en nuestra vecina Italia. A pesar de todas las señales, que nos llegaban empezando por China y acabando en Madrid, se decidió que teníamos que continuar con nuestras vidas, hasta que como si de una tradición se tratase, los murcianos empezaramos a caer como chinches en un vaso de agua.
Y así, como si de chinches se tratase, es como se sienten la mayoría de murcianos ante el espectáculo circense, que protagonizan los representantes políticos de la Región con respecto a la administración de la vacuna.
Ni conozco a Manolo, ni conozco a Fernando, pero parece ser que Manolo, al que los murcianos reconocíamos como, Señor Villegas, Consejero de Sanidad, trabajador incansable, que no entiende de horarios, generoso donde los haya en lo que a vacunas se refiere, es muy amigo de Fernando, al que los murcianos reconocíamos como Presidente de la Región, experto gestor, con años de experiencia en el campo de la política y la poltrona, son amidos de los de verdad. Una amistad palpable y visible, que se hizo evidente, en la rueda de prensa que escenificaron a la perfección, el pasado miércoles, Fernando y Manolo.
Podríamos imaginar que por eso de que son tan amiguitos, que habrán compartido un sinfín de confidencias, entre ellas a lo mejor, la de decidir a quienes vacunaban. Si seguimos imaginando, es posible que viendo la que le venía encima a Fernando, no tuvo más remedio que sacrificar a Manolo, y así calmar al pueblo y evitar males mayores. Una lástima el tener que prescindir, de una de las pocas personas que pertenecían al gobierno de la región con experiencia en el mundo laboral.
Pero Manolo, como decía Noelia Arroyo, en su Twitter, “por desgracia no eres político”, y quizás eso es lo que te ha hecho dimitir, el no ser político, porque ya sabemos como se las gasta el político, cuando está en juego su sillón.
Es posible que Manolo, esté lamentando el día que se hizo amigo de Fernando. Y es que a Manolo nadie le ha informado que, en el mundo de la política, no existen los amigos, al contrario, y en su caso en particular, sería factible pensar que Fernando, siempre lo quiso tener muy cerca por eso de que no le hiciera sombra. Y la sombra de Manolo, creció y creció hasta que acabó como acaban los ami-políticos, cesados y defenestrados.
Y en esa rueda de prensa, vimos a un Fernando llorón, y como si de un niño se tratase, con voz temblorosa, despedía a su amigo Manolo, reconociendo que estaba siendo uno de los peores días de su vida.
Y en ese preciso momento, en el que el presidente de la región, reconoce ante todos los murcianos que uno de los peores días de su vida, es ese mismo, por tener que prescindir de su ami-político, el que debería de dimitir es él, por no entender que estamos en plena pandemia y con la sociedad murciana muerta de miedo. Si con la que está cayendo, el peor día de su vida es el del pasado miércoles, demuestra que su sinvergonzonería no tiene límites. Su discurso parvulario, insulta a la mayoría de los murcianos que sufren los estragos de este implacable virus tanto a nivel sanitario como a nivel económico, y por supuesto su incompetencia en lo que a gestión se refiere. Y continua con su mensaje parvulario en el que se da un golpe en el pecho, ya que su consejero se va y los socialistas no despiden a los suyos.
Si el jardín de infancia, en el que se ha convertido San Esteban, pudiera entender que no es un honor que un consejero de sanidad en plena pandemia tenga que dimitir, al contrario es una vergüenza, si pudiera entender que los murcianos estamos cual corderito, en nuestra fila esperando morir o ser vacunados, que poco nos importa que una alcaldesa del partido socialista o un consejero del partido popular han sido vacunados, que lo que queremos es que dejen de meter la mano para quitar a los murcianos lo que por derecho les corresponde. Desde Somos Región le felicitaremos porque ese día será el día más feliz de todos los murcianos.
Juana Rocamora | Portavoz de SOMOS REGIÓN