El biólogo, profesor y novelista, Jerónimo Tristante, coge la lupa de Metrópolis Daily.
Ahí siguen amigos. En esta Murcia de la siesta eterna, en nuestra Vetusta del Levante siguen mandando aquellos caciques del XIX que nos decían qué votar y que decidían sobre nuestras haciendas y vidas. Hacienda poca, y vida corta, de miseria y hambre, destripando terrones.
Hemos vivido un episodio muy lamentable en que Cs y PP del Ayuntamiento de Albudeite pretendían retirar los nombres de la Casa de la Cultura y de ciertas calles a personas emblemáticas del pasado. Los más dolorosos para mí Paco Rabal y Vicente Medina.
A estos caciques de pueblo no se les escapa que Rabal, un maravilloso actor, un murciano universal al que ellos no llegarían a la suela del zapato fue comunista. Y por eso han ido por ahí.
No simpatizo yo con ideologías extremas de izquierda ni derecha, pero Paco no llegó ahí por rojo, al contrario, sino por ser un actor como la copa de un pino. Otra vez la España de Goya, la de Machado o ¿quizá la de Berlanga?
Porque si uno ve el vídeo del alcalde “pidiendo disculpas” es pa entregar el pasaporte y hacerte de Madagascar. Qué vergüenza. Y encima, para resultar más berlanguiano viene la España del trinque, la de beneficio a mis amigos. Porque no sólo iban a quitar estos nombres,¡iban a poner los de los padres del alcalde y la concejala del PP!
Tal ha sido la cacicada que Fernándo López Miras y Ana Martínez Vidal han salido desautorizando a sus subalternos de Albudeite, muy bien hecho. La alcaldesa de Archena y la Presidenta del PP de Águilas han defendido a Rabal y Medina y se han de desmarcado de esta iniciativa casposa, frentista, trasnochada, guerra civilista y sobre todo, aprovechada.
Estos fenómenos deberían ir fuera del PP y de Cs a la de ya. No se puede ser más impresentable.
Jerónimo Tristante